


Puerta de la Victoria
Quizás por el foso con agua que lo rodea completamente, por los 3 niveles del templo, o por las torres de 65 metros, las más altas de Angkor, se ha convertido en el símbolo, no sólo de Angkor, sino del país.
Su silueta está en la bandera, en la cerveza más conocida, llamada, cómo no, Angkor, en todos los libros sobre Angkor, y en general por todas partes.
Ta Keo
La muralla que rodea al templo tiene 6 km, y el templo mismo 1 km2.
Los bajorelieves de los muros exteriores son como una enciclopedia de la historia del imperio Khmer, ya que incluyen escenas de batallas, leyendas y figuras mitológicas.
El número de apsaras, ninfás mitológicas, es impresionante, más de 2.000, y las ceremonias budistas que se celebran en su interior, con niños tocando varios instrumentos, monjes con las túnicas color azafrán, las ofrendas, el olor a incienso, y las mujeres vestidas de blanco puro, le dan un toque místico y mágico.
Ta Prohm.
Árbol entre las ruinas
De Angkor Wat me fui a Angkor Tom, el complejo de templos más grande, con 12 kilómetros de muralla, y 5 puertas de acceso, una en cada punto cardinal, más una quinta que se llama de la Victoria, en el Este.
Yo entré por la puerta sur, y el primer templo que visité fue Bayon, una maravilla con sus bajo relieves de un detalle increíble, que cubren todo tipo de actividades, tanto las reales, de realeza, como las cotidianas.
Podemos ver escenas de batallas, cacerías, barcos pescando, mercados, niños jugando, etcétera, todo ello con una nitidez que ha sobrevivido al paso del tiempo, más de ocho siglos.
Pero lo que hace verdaderamente especial a Bayon son las 37 torres, casi todas ellas con 4 rostros diferentes esculpidos, unos con los ojos abiertos, otros cerrados, algunas con un ojo abierto y otro cerrado, algo en lo que todavía los arqueólogos no se ponen de acuerdo en su significado.
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