La mayor parte de la decoración dorada y de los adornos en mármol datan del siglo XIX.
En esa época, el líder de los sijs, Ranjit Singh, conquistó casi todo el Punjab y reconstruyó por completo el edificio.
La ciudad está dominada por la historia de los sijs y muchos de sus santuarios sagrados se encuentran en la ciudad y alrededores.
La parte antigua de la ciudad está amurallada, con estrechas calles en zig zag.
Amritsar se encuentra en la Grand Trunk Road (GT Road) de Delhi a Pakistán, construída por Sher Shah Suri, que conecta Peshawar en Pakistán con Sonargaon en Bangladesh.
Hay que recordar que hasta la Independencia de India, tanto Pakistán como Bangladesh formaban parte de su territorio.
Con mi amigo sij en el hotel
Los sijs siempre me han parecido un grupo interesante, gentes orgullosas de su religión y orígenes, pulcros, educados y muy atractivos físicamente, con esos casi imposibles turbantes que cubren un pelo que no se pueden cortar, así como la barba, que suelen llevar enrollada en un discreto alambre debajo de la barbilla.
Cuando cenábamos en el hotel, se acercó un hombre mayor, maestro jubilado, que se puso a charlar y nos dio varios folletos y catálogos turísticos del Punjab.
Decía que lo hacía desinteresadamente, por ofrecer un servicio a los visitantes de la ciudad, y sin ninguna duda su conversación inteligente y su inglés clásico hicieron que mi admiración por los sijs creciera un poco más.
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