sábado, 15 de marzo de 2008

ISLAS GILI

PROTECCION FRENTE AL OLEAJE

ATARDECER EN GILI AIR

VEGETACION EN GILI AIR


CABALLO EN TRAWANGAN



SITIOS DE BUCEO EN GILIS




CALLES DE TRAWANGAN





PROTECCION FRENTE AL OLEAJE
Protección frente al oleaje
Como la electricidad se va con cierta frecuencia, la cena a la luz de las velas y el sonido del mar como única banda sonora, todavía le añadía más encanto al lugar.

Puedes dar la vuelta a la isla caminando en unas 2 horas, con playas de arena blanca que desgraciadamente están llenas de corales muertos.

Aunque el buceo es buen negocio en Gilis, aún hay desalmados que practican la pesca con dinamita, como me contó Rebecca, una inglesa que sacó su PADI allí y que se llevó un susto de muerte cuando oyó una tremenda explosión dentro del agua.

Calles de Trawangan
Por ello decidí no bucear, aunque me contaron que la falta de coral se compensa con bastante vida submarina, pero después de bucear en Sipadán, Borneo, pocos lugares te pueden entusiasmar.

En todo caso, recomiendo los centros de buceo
Blue Marlin,
Dream Divers,
Big bubble diving
, Manta Dive
y Dive Indonesia.

Mucho más tranquila y pequeña que Trawangan, Gili Air está más orientada a parejas y gente en busca de relax total, aunque en el recoleto pueblo que hay en el Sur, donde desembarcas, hay unos cuantos bares y restaurantes, pero la mayoría de la gente se va hacia los resorts que hay desperdigados por los 4 puntos cardinales de la isla.
El concepto resort aquí va desde una simple cabaña con baño básico por 2/3 US$ a románticos hotelitos "con encanto".
La vuelta a la isla se da en una hora andando, e igual que en Trawangan, los corales están desperdigados por las playas, que en muchos casos, al no contar ya con la protección del arrecife de coral, han desaparecido o les han tenido que colocar barreras de madera o sacos de arena para que no desaparezcan de todo
.
Yo me fui al Oeste, para poder ver la puesta de sol, y era el único cliente, así que después de negociar un rato, conseguí una cabaña "de lujo" por 4 US$ al borde del mar.
Para cenar, un pescado que el propio dueño del resort fue a pescar al arrecife.

Caballo en Trawangan
Gili Meno es la más pequeña de las 3 islas, y como supuse que allí estaría casi como Robinson Crusoe, no la visité.
Aunque me llevo bien con Carlos Olmo, viajar 6 meses sólo con él llega a ser agotador.

Un lugar que no me gustó nada fue Senggigi, al que fui sobre todo para poder subir las fotos de Rinjani y Gilis, pero un día no había conexión, y el resto de los días era tan lenta y cara que después de varias horas sólo había subido 10 fotos y agotado mi presupuesto diario.

Vegetación en Gili Air
Siempre digo que hasta en los peores sitios puede haber sorpresas agradables, y en este caso vino de la mano de un inglés, Robert, que conocí en Senaru y me llevó en coche hasta Sengiggi; me comentó que trabajaba para la ONU, concretamente en el Alto Comisionado de Refugiados.

Había estado trabajando en Timor
Este durante el proceso de independencia desde 1999, y ahora es el delegado regional con oficina en Yakarta.
Está casado con una indonesia, tienen varios hijos, no ha regresado a Inglaterra en 32 años, y tiene una impactante casa en Senggigi, en la ladera de un monte, con un portalón de madera con bisagras de hierro que representan geckos.

Atardecer en Gili Air
Más que la casa, lo que impacta es el jardín, con un césped que dan ganas de comerlo si uno es herbívoro, y más de 500 palmeras y todo tipo de árboles tropicales.

Tuvo el detalle de invitarme a cenar a su casa, y disfrutamos de una fantástica velada en el porche.

Originalmente habían colocado la mesa en el centro del jardín, pero una hora antes de la cena, cuando yo iba a salir de mi hotel porque su casa está a una media hora andando de Sengiggi, cayó una tromba de agua tan fuerte que en minutos había medio metro de agua en las calles.

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