lunes, 17 de marzo de 2008

PANORAMICAS DE LUGARES VISITADOS

PANORAMICA DE SUMBAWA A KOMODO
SARAWAK BORNEO RIO EN NIAH

CUEVA DE LAS PINTURAS MALASIA BORNEO


MERCADO FLOTANTE DE SEMPOR



PANORAMICA LAGO RINJANI - DEL CRATER AL LAGO




RIO EN SINGAPUR





TERRAZAS DE ARROZ EN BALI






TERRAZAS DE ARROZ DE BENAUE PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD







VOLCAN BROMO AL AMANECER INDONESIA JAVA








VOLCAN BROMO INDONESIA JABA









KOTA KINABALU AL ATARDECER










DONSOL BUCEANDO CON TIBURONES BALLENA











ATARDECER EN SANDAKAN BORNEO
Vagalume, en Busca de la Luz

Hace tiempo se hizo una encuesta para votar la palabra más hermosa en gallego.
Una de las candidatas, y mi preferida, junto con volvoreta (mariposa) fue vagalume, el poético nombre con que llamamos a la luciérnaga, que en castellano me parece una palabra bastante fea.

Vagalume significa literalmente "vagar en busca de la luz", y así es como me siento después de un viaje, como alguien que ha ido en busca de la luz, pero, como escribí humorísiticamente en mi cuaderno un día,
"Viajo en busca de la luz, pero no acabo de encontrar el interruptor".

En todo caso, igual que pienso que "lo importante es el viaje, no el destino", también creo que "la sabiduría está en la búsqueda, no en el encuentro".


Mi regreso a Asia en el 2006 ha servido para reafirmar mis ideas sobre el asunto, ya que ha sido un viaje de búsquedas combinado con algunos encuentros muy interesantes.

Después de recorrer en 2005 los países continentales del sureste asiático, dediqué el 2006 a visitar los países insulares, y comprobé que en Asia, como en general en todo el mundo, los isleños son diferentes y especiales.

La insularidad siempre ha marcado profundamente las culturas y civilizaciones que se han desarrollado en islas, ya que el agua que les distancia del resto del mundo es al mismo tiempo barrera y vínculo, nexo y separación; de hecho, la palabra aislado en español viene de isla.


Aún hoy, a pesar de que todos los océanos y mares del mundo están surcados por incontables navíos que, ya sea por ocio, negocio o necesidad, transportan personas o mercaderías, el carácter de insularidad sigue marcando a muchos países.

Durante muchos siglos, mientras Galicia estaba aislada del resto de España por las montañas que suponían una barrera infranqueable
(de hecho los árabes prácticamente no dejaron huella de su cultura a pesar de los ocho siglos que estuvieron en la Península Ibérica),
paradójicamente Galicia estaba mucho más cerca de Europa que el resto de España, ya fuera por el contacto con las culturas celtas que tanta huella nos han dejado, como por las ideas que circulaban por esa autopista medieval de interculturalidad que es el Camino de Santiago.

Volviendo al concepto de insularidad, los 6 meses de viaje pasados íntegramente en islas como la parte
malaya de Borneo,
Singapur,
Luzón en Filipinas,
Java,
Bali,
Lombok,
Sumbawa
, Flores
y otras islas de Indonesia, fueron de un intenso contraste.

A pesar de la cercanía física, ya que por ejemplo Singapur está pegado a Malasia y al lado de Sumatra, encontraba pocos nexos de unión entre las islas, e incluso dentro del mismo país, las islas de Java, Bali, Lombok pueden estar separadas por un corto trayecto en ferry, a veces de media hora escasa, pero las distancias culturales, sociales y económicas son enormes.

En la isla de Borneo, la tercera más grande del mundo, comprobé que quizás políticamente pertenezca a Malasia e Indonesia, y una pequeña porción a ese país que vive exclusivamente del petróleo, Brunei, pero sus gentes, provenientes de culturas tribales desarrolladas en la espesura de sus junglas tropicales, poco tienen que ver entre sí.

Por supuesto que el proceso de uniformidad y globalización les alcanza como al resto del mundo gracias o más bien por culpa de la televisión, pero todavía se pueden encontrar comunidades a las que no llegan las carreteras de asfalto, sólo esas autopistas serpenteantes que son los ríos, muchas veces las únicas vías de comunicación entre poblaciones remotas.

Si queréis conocer más sobre Borneo y su modus vivendi, recomiendo leer el libro
Un forastero en la selva.
A pie por Borneo, de Eric Hansen, un libro divertidísimo que narra el choque cultural entre los aborígenes de Borneo y un norteamericano rubio de casi 2 metros de altura que pretendía cruzar la isla a pie en los 80.

Esta nueva etapa en búsqueda de la luz me ha llevado en 169 días de viaje por 5 países, menos de los que pensaba ya que no pude ir a Timor Oriental y Papúa Nueva Guinea por razones que luego os contaré, durmiendo en 65 camas diferentes.


Comenzó a principios de Enero en Singapur, y continuó por la parte malaya de Borneo, donde visité los estados de Sarawak y Sabah e hice una breve parada en Brunei, para luego seguir por Filipinas e Indonesia, donde pude comprobar que, a pesar de la mala fama que tienen los musulmanes en algunos medios de comunicación, que exageran incidentes como el de las caricaturas de Mahoma, la acogida fue cordial en casi todas las islas, especialmente en Bali, pero también en Java, donde viven más de 100 millones de musulmanes.

En total fueron 55.000 km. recorridos, de los que 38.000 fueron en avión, 1.000 en tren, 10.000 en autobús, 3.000 en barcos diversos por los ríos de Borneo y los mares de Filipinas e Indonesia, 3.000 andando, y algunos (pocos) remando.
Con este viaje son ya 360.000 km. los acumulados desde el 2001.


He publicado 30 diarios de viaje con este y más de 3.000 fotos digitales hechas con la
Olympus E300, 100 fotos panorámicas
y 600 fotos submarinas, hechas con la Olympus µ DIGITAL
600 con carcasa submarina, de mis inmersiones en Sipadan (Borneo),
Donsol (Filipinas),
Komodo (Indonesia) y
Tulamben (Bali).

El III Concurso de fotografía de viaje patrocinado por Olympus ha sido un rotundo éxito, con 1.600 fotos de los 6 continentes enviadas por más de 500 viajeros de todo el mundo, con más de 15.000 visitas al álbum y miles de votos populares que decidieron los finalistas y ayudaron al jurado en su difícil tarea.

Las fotos ganadoras, como no podía ser menos, reflejan la multiculturalidad de los lectores de vagamundos, viajeros empedernidos que han ido hasta Egipto, Nueva Caledonia y Petra para captar momentos únicos y enseñárnoslos. Muchas gracias por vuestra aportación y la de todos los participantes en vagamundos.


Las visitas a vagamundos.net también han crecido exponencialmente, y entre enero y junio han superado las 300.000, pero más que la cantidad, me alegra sobremanera la fidelidad que muchos lectores demuestran, ya que algunos de ellos llevan viajando virtualmente conmigo estos 6 años.

El I Concurso de relatos cortos de viaje patrocinado por Ediciones del Viento ha superado todas las expectativas, con 99 relatos enviados desde todos los rincones de Latinoamérica, y un nivel literario muy alto que puso muy difícil al jurado la elección de un sólo relato ganador, que ha sido Tessekur Ederim, de Fernando Martín Pescador.

Me ha resultado imposible gastar el presupuesto mensual de 600€; el euro sigue fuerte frente al dólar y el viaje lo he cerrado con una gasto total de 2.800€, a una media de 17 €/día.


Países como Indonesia son una ganga si viajas como mochilero y escapas de las trampas para turistas, e incluso en lugares turísticos como Bali estaba alojado por 4€ en una cabaña a 50 metros de la playa de Kuta, con terraza, jardín y desayuno incluidos.

Al moverme entre islas y a veces con distancias considerables, como entre Singapur y Filipinas, he volado bastante, pero por suerte he podido utilizar líneas aéreas de bajo coste, que me han dejado impresionado por su precio, calidad, servicio y puntualidad.

Nunca olvidaré el vuelo entre Sandakan en Borneo y Johor Bahru, que salió media hora antes de la hora programada y llegó a destino con 45 minutos de adelanto, algo que no me había ocurrido en la vida.
Air Asia en Malasia e Indonesia,
Tiger Airways y Jet Star Asia en Singapur,
y Adam Air en Indonesia
son ejemplos que deberían seguir algunas anquilosadas líneas aéreas de bandera del mal llamado primer mundo.

En la sección de Enlaces de Vagamundos hay más de 50 líneas aéreas de bajo coste de todo el mundo.

Algunos de los momentos cumbres del viaje
(perdonarme el juego de palabras)
fueron las cimas del Monte Kinabalu en Borneo, a 4.200 msnm,
del volcán Rinjani en Lombok, a 3.700 msnm,
y del volcán Bromo en Java, a 3.200 msnm.

Descendí a espectaculares cuevas en Gunung Mulu
y Niah en Borneo,
y en Sagada en Filipinas,
caminé por las espectaculares terrazas de arroz en Benaue
, Filipinas,
Patrimonio Cultural de la Humanidad
, uno de los 9 lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que visité en este viaje, lo que eleva mi total a 170 lugares en 52 países.



La lista de lugares Patrimonio de la Humanidad en España ha crecido en Julio con el nombramiento del Puente Colgante de Vizcaya, obra maestra de la ingeniera industrial del S. XIX, construido por un discípulo de Eiffel y uno de los 3 puentes colgantes de ese tipo todavía operativos en Europa.

Mi enhorabuena al País Vasco, que injustamente era la única comunidad autónoma que no disfrutaba todavía de un sitio Patrimonio de la Humanidad.
Ya son 39 lugares en España, y deseo de todo corazón que el 40 sea la Torre de Hércules de La Coruña, en cuyo libro de adhesión acaba de firmar el alcalde de La Coruña, Javier Losada.


He estado a +45° y -5°, a casi 4.200 metros de altura en Kinabalu, y a -40 metros de profundidad en Sipadan.
He navegado 3 días en un barco de pesca sin brújula, compás, GPS e incluso chalecos salvavidas para llegar a las islas de Komodo y Rinca, donde me esperaban los dragones, esos animales de aspecto prehistórico que son endémicos de esta región y están protegidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Aparte de los dragones, tuve el privilegio de compartir momentos inolvidables con orangutanes en Borneo, ya fuera en estado salvaje, o en los dos centros de rehabilitación que visité en Semenggok (Sarawak) y Sepilok (Sabah).



Otro animal que me fascinó fue el tiburón ballena, el pez más grande que existe, de hasta 18 metros de largo y 25 Tm. de peso, pero totalmente inofensivo por sus hábitos vegetarianos, y al que podría haber tocado estirando la mano en mi buceo en Donsol, Filipinas

También tengo imágenes imborrables, tanto en mi mente como en mi cámara digital, de otras especies marinas con las que buceé en Sipadan como los nudibranquios, tiburones, tortugas gigantes, pez mandarín, pez payaso, pez Napoleón, Nemos y demás familia.



La lista de nuevos amigos es larga, e incluye a varios españoles y españolas que encontré en lugares no habituales para mochileros hispanos, como Borneo, Filipinas y Lombok.
Incluso conocí en un vuelo de Bali a Singapur a un Indio originario de Sri Lanka, que vivió de niño en Papúa Nueva Guinea, estudió en Inglaterra, y ahora vive en Melbourne, Australia, y trabaja para British Petroleum.
Más exotismo es difícil de encontrar.



Con especial emoción recuerdo el 27 de Mayo de 2006, ya que me encontraba en Yogyakarta, Java, cuando sucedió el terremoto de escala 6,2 que causó más de 6.000 muertos y desplazó a medio millón de personas.

Puedo decir que mi afición a la fotografía y sobre todo a fotografiar amaneceres me salvó, ya que el terremoto fue a las 5h50 a.m. y a esa hora me encontraba camino del templo budista de Borobudur, 40 kilómetros al norte de Yogyakarta, para ver el amanecer desde el templo, y en el preciso instante del terremoto estaba haciendo una foto al volcán Merapi y su sempiterno penacho de cenizas, que se triplicó en instantes y nos metió un buen susto en el cuerpo.


La emoción me embargó también cuando regresé a Bali después de 13 años, y comprobé que a pesar de que los zarpazos del terrorismo la han herido profundamente en los últimos años, su magia es indestructible, y si cabe es todavía un lugar más interesante que antes para visitar, ya que tanto los autóctonos como los miles de extranjeros asentados en la isla, se han volcado en los visitantes.

Bali es una fiesta para todos los sentidos, y las últimas semanas del viaje, pasadas allí, me dejan dulces olores a aceites de masaje y flores tropicales, sabores de exóticos platos con curry y leche de coco, imágenes de armoniosas danzas balinesas, ceremonias devotas en hermosos templos, piel mojada en sus cálidas aguas que albergan incontables especies marinas, y sobre todo, charlas con sus gentes que demuestran que todavía hay lugares en el mundo en los que la espiritualidad supera al materialismo.

La única nota negativa del viaje fue que no pude visitar Timor Oriental y Papúa Nueva Guinea, ya que me dirigía hacia allí cuando un encuentro afortunado con un miembro de la ONU que había trabajado 5 años en Timor como observador del proceso de independencia, que me informó que la situación estaba "caliente" y que podía saltar el conflicto en cualquier momento, como así sucedió, por lo que di media vuelta en mi ruta.

Los vuelos a Papúa son muy caros y la única posibilidad relativamente económica es ir hasta la parte indonesia en barco, y luego cruzar por vía terrestre, pero al no ir a Timor y no poder renovar mi visado turístico, Papúa quedaba demasiado lejos e inaccesible.


Mi fichero de citas, tanto propias como "apropiadas" ha crecido, y pronto actualizaré la base de datos de vagamundos.
Para ir abriendo boca, unas cuantas:

Para ir a ninguna parte, sigue a la multitud. John Maxwell.
Un buen viajero no sabe a donde va, el perfecto viajero no sabe ni de donde viene. Lin Yuang.
Si te pareces a la foto de tu pasaporte, es que no has viajado lo suficiente. Sir Vivian Fuchis.

Viajar es como ir en globo, ves el mundo en perspectiva.
Las oportunidades son como las puestas de sol en el trópico, o las pillas al vuelo o se esfuman.
El viajero sabio mantiene la cabeza fría, los pies calientes y el corazón tibio.

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