viernes, 14 de marzo de 2008

EL TREKKING MONASTICO EN SIKKIM

PINTURAS EN EL MONASTERIO DE TASHIDING
EL MONASTERIO DE TASHIDING CON LOS MOLINILLOS DE ORACION

ANCIANO SUBIENDO AL MONASTERIO


BANDERAS CAMINO DEL MONASTERIO EN TASHIDING



PUESTA DE SOL EN TASHIDING










LA MARAVILLOSA SONRISA DE LOS NIÑOS EN LA INDIA



Si los medios de comunicación no se hubieran volcado en su caso, seguro que seguiría pudriéndose en una cárcel mexicana, y no podría haber sido la "explosiva" portada de la revista Interviú.

Regresando al trekking después de esta digresión que me ha garantizado un puesto privilegiado en el ranking de los que no serán atendidos por la embajada española de cualquier país en caso de problemas, en cuanto se puso el sol la temperatura bajó rápidamente en Yuksom y fue la excusa perfecta para irse pronto a la cama; a las 10 pm estaba ya cortando troncos.

La maravillosa sonrisa de los niños en India
La tercera etapa, de Yuksom a Tashiding, la hicimos por carretera para evitar las subidas muy empinadas, y aunque pensé que los 20 kilómetros iban a ser muy aburridos porque no me gusta caminar por asfalto, el poco tráfico, la hermosa naturaleza, y sobre todo los grupos de colegiales de uniforme que al vernos nos saludaban y posaban para las fotos, hicieron que el camino fuera muy agradable.

Tashiding tampoco es un pueblo bonito, con 2 calles que se entrecruzan, pocas casas y menos albergues, concretamente encontramos 2, uno de ellos casi "secreto" porque no tenía cartel en ningún idioma.

Puesta de sol en Tashiding
Allí nos alojamos porque comimos en el restaurante y a base de señas, porque no hablaban inglés, les hicimos ver que buscábamos habitación y nos alojaron en la planta de arriba, que parecía un homenaje a Hello Kitty porque el tono predominante era el rosa, y las almohadas, sábanas y colchas de encaje le daban el toque final.

Nos dimos una buena siesta de 2 horas en la que milagrosamente no soñé con gatos, y dejamos la visita al monasterio para el día siguiente al amanecer.

Banderas camino del monasterio de Tashiding
Cenamos en un lugar que parecía la casa particular de una familia, sentados en la cocina cerca del fuego mientras preparaban la cena, y luego pasamos a un comedor con
"sorpresa",
ya que en la habitación de al lado había decenas de niños cantando canciones infantiles en inglés.

Supongo que es la manera en que les enseñan el idioma.

Compartimos mesa con una pareja compuesta de japonesa e inglés, que vivían en Delhi.

Anciano subiendo al monasterio
Él daba clases de inglés en el British Council y ella trabajaba para una compañía nipona, y su actitud y las historias que nos contaron contrastaban con las del español que conocí en Yuksom, ya que, sin dejar de reconocer que Delhi era una ciudad bastante dura para vivir, aprovechaban al máximo la oportunidad de conocer una cultura muy diferente a la tuya y veían
"la botella medio llena".

A las 5h30 am estábamos en pie, y los 45 minutos de subida al monasterio pasaron en un suspiro porque el día amanecía glorioso y las vistas desde la perfecta colina cónica donde se asienta el monasterio en su cima eran fantásticas.

No menos fantástico era el monasterio y las ceremonias que en él vimos.

De acuerdo con las escrituras budistas el gurú Padmasambhava bendijo la sagrada tierra de Sikkim en el siglo VIII desde este lugar.

El monasterio de Tashiding con los molinillos de oración
El monasterio fue construido en el siglo XVIII por Ngadak Sempa Chempo, uno de los tres lamas que consagraron al primer chogyal, que significa
"el rey que gobierna con justicia", en Yuksom.

En el monasterio se indica que fue fundado en el 1641, siglo XVII, pero que fue ampliado y renovado por el tercer chogyal, Chador Namgyal, en el siglo XVIII.

Pinturas en el monasterio de Tashiding
El monasterio se compone de varios edificios donde los monjes moran, trabajan y rezan, y por todas partes se ven miles de banderines de oraciones.

Varios ancianos y ancianas subían esforzadamente, apoyados en bastones, el camino al monasterio y su edad parecía milenaria por las profundas arrugas que surcaban sus rostros, pero su fe y su voluntad les llevaba hasta la cima de la colina.

Otra vista del monasterio de Tashiding
Arriba, varias señoras con molinillos de oración daban vueltas a la estupa principal, ataviadas al estilo nepalí pero coquetamente combinadas con calcetines y calzado de color fosforito.

Después de un buen rato haciendo fotos, vimos a dos señores observando una ceremonia budista que consistía en unos rezos e invocaciones que terminaban tirando al aire lo que parecían virutas.



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