domingo, 9 de marzo de 2008

FESTIVAL EN JAISALMER








Polo en camello
Entre un fibroso pero escuálido indio y un robusto australiano de 100 kg. la cosa no tiene color.
Lo mismo se puede decir de las indias contra nórdicas de 1,80 metros.

Lo que si ganaron las indias fue el concurso de "coje la tinaja y corre", que consistía en correr unos 50 metros con una tinaja de agua de unos 15 litros en equilibrio sobre la cabeza, y la única europea que se atrevió a competir, una francesa, llegó de última, aunque consiguió que no se le cayera la tinaja, lo que ya me parece bastante mérito.

Caballo rajastaní
Por la tarde la exhibición fue de la patrulla del desierto del ejército indio, que no va en vehículos todoterreno, sino que montan en hermosos camellos perfectamente adiestrados.

Durante media hora lo pasamos fenomenal, viendo camellos bailando al estilo de los caballos andaluces, jinetes cabalgando haciendo el pino y otras piruetas dignas del mejor cowboy, camellos haciéndose el dormido con sus jinetes reposando sobre ellos.

Acrobacias en camello
Hasta un jinete, vestido de mujer con un velo cubriendo la cara, llevaba una tinaja en la cabeza y de pie sobre el camello mientras este caminaba, parecía realmente imposible que pudiera mantener el equilibrio.

La multitud de indios se lo pasó bomba con el espectáculo, y los 200 extranjeros, a los que nos habían puesto en lugar privilegiado para poder hacer fotos, tampoco nos quedamos atrás.

Boda rajastaní
Lo que competía en brillantez con el festival era una boda rajastaní que vi al regresar al hotel, algo tan alejado de nuestro mundo y tradiciones que es difícil de explicar.

Es una caravana con discoteca ambulante, orquesta móvil, tambores, niños y mayores bailando, y el novio impertérrito, profusamente maquillado, sobre un caballo y con una caracola en una mano, que representa la prosperidad que le va a ofrecer a su prometida, a la que a veces ni conoce personalmente, ya que todavía hoy en India las bodas pactadas entre familias son habituales.

Mahindra y Moomal
El último día de festival, que coincide siempre con la luna llena, se realiza en las dunas Sam Sam del desierto, con carreras de camellos y feria, pero después de una semana en Jaisalmer sin casi poderme conectar a Internet, decidí irme a Bikaner a subir las 400 fotos del safari y festival, y visitar un templo único en el mundo, ya que sus moradores son ratas sagradas, pero esa es otra historia y será contada otro día.




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