

Leones en Phnom Bakheng
El segundo día hice el circuito largo, esta vez con moto taxi, ya que son unos 40 kilómetros, y esta vez sí que llegué a tiempo para ver el amanecer desde Angkor Wat, pero el que no llegó precisamente fue el sol, ya que estaba nublado, y las decenas de japoneses cargados de pesadas cámaras y trípodes se fueron decepcionados porque ellos, que son del país del sol naciente, esta vez se quedaron sin sol.
Yo subí los 50 metros del templo, hasta el tercer nivel, porque allí no había casi nadie, excepto los monjes budistas con sus cánticos.
Salimos de Angkor Wat, cruzamos Angkor Tom de sur a norte, entrando y saliendo por sus preciosas puertas, y el siguiente templo visitado fue Preah Khan, un complejo monástico que llegó a albergar más de 1.000 monjes, y que fue también residencia real.
Elefante en Phnom Bakheng
Las imágenes de Buda fueron destruidas cuando el hinduismo recuperó preponderancia al final de la era Angkor, y sustituidas por figuras de Shiva y lingas, o sencillamente se quedaron así, descabezadas.
Ta Som es un templo pequeño, sin nada especial, salvo la puerta este, que ha sido literalmente engullida por un gigantesco árbol, que la abarca completamente, en principio estuvo a punto de derribarla, pero ahora precisamente se mantiene en pie gracias al árbol.
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