El segundo día del festival fue el de las competiciones deportivas, con carreras de camellos y caballos, y un partido de polo en camello, en una explanada polvorienta donde sólo los invitados VIP tenían sombra donde refugiarse.
No es nada fácil manejar un camello, y al mismo tiempo darle a una pelota con una maza de dos metros de largo, y la media hora de partido transcurrió con sólo 2 ó 3 goles.
Detalle babucha
Tampoco es fácil montar un caballo a pelo, sin silla, y alguno de los participantes en la carrera llegó a meta casi colgando del cuello del caballo.
También hubo un concurso de camellos "tuneados", a los que los dueños le habían colocado todo tipo de extras, sillas repujadas, colgantes, cintas de colores en las patas, tatuajes y pintura, que un sesudo y serio jurado observaba detenidamente y puntuaba.
camello tuneado
Una curiosidad de los caballos rajastanís es que tienen las orejas curvadas hacia dentro y puntiagudas, lo que les da un aspecto curioso.
Los dueños los suelen tunear bastante, aunque no tanto como a los camellos.
Las competiciones "humanas" me parecieron ridículas, ya que había concurso de tirar de la cuerda, indios contra extranjeros, en versión masculina y femenina, que ganaron los extranjeros con facilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario