
Monumento a la Independencia.
Aunque parezca increíble, en fecha tan reciente como 1975
Camboya sufrió uno de los genocidios más grandes del siglo XX, todo ello con la complicidad, o al menos el silencio, del mundo occidental.
El 17 de abril de 1975, los Khmer Rouge (rojo en francés) entraron en Phnom Penh, la capital de Camboya.
De 1975 a 1979,
1 de cada 4 camboyanos, unos 2 millones de personas, perecieron bajo un régimen que alcanzó niveles de delirio tales, que el simple hecho de llevar gafas o hablar un idioma extranjero era garantía casi segura de terminar muerto.
Sobre el papel, el Khmer Rouge venía cargado de buenas intenciones y hasta la ONU aprobó su gobierno, pero la realidad fue otra.
Abolió el dinero y la propiedad privada, obligó a todo el mundo a llevar la misma ropa y el mismo corte de pelo, prohibió todo tipo de aparatos mecánicos y electrónicos, y la música y la lectura de cualquier cosa que no fuera propaganda política del regimen.
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