Que Llueva, que Llueva, la Virgen de la Cueva
Es un barco, aunque parezca un avión.
Cuando parece que el cielo está infinitamente triste y no para de llorar, una de las soluciones para no acabar llorando como él es meterse en una cueva;
solución relativa porque a veces llueve casi más que fuera.
Como el monzón sigue insistiendo en "aguarme la fiesta", esta semana he visitado las cuevas de dos de los Parques Nacionales más emblemáticos de Sarawak,
el Niah
y el Gunung Mulu,
este último Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, con el regalo añadido de haber encontrado una virgen en una cueva y millones de pequeños batman saliendo de ella, pero vayamos paso a paso.
La pagoda de Sibu
Mi semana comenzó con un recorrido marítimo-fluvial de Kuching a Sibu,
en la que parecía más un jet que un barco, ya que las distancias son tan largas en Borneo
(es más grande que España, la segunda isla tropical más grande del mundo después de Papúa)
que han desarrollado un avión sin alas que navega a gran velocidad por los ríos.
Después de casi 6 horas de navegación en las que remontamos el curso del río Rajang, llegué a Sibu, donde me recibió el símbolo de la ciudad, un cisne bastante kitch y, cómo no, un aguacero tremendo.
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