jueves, 6 de marzo de 2008

AMANECER EN EL RIO, BARCA EN EL RIO MEKONG



El vagamundos finaliza

“El Viaje de la Vida”

A Coruña, julio de 2005 - Carlos Olmo acaba de finalizar la quinta etapa de

“La vuelta al mundo en 80 Cibercafés”,

en la que ha recorrido China y el Sudeste Asiático.

Todas las etapas de su viaje las retransmite por Internet en forma de diarios publicados en Vagamundos.net, leídos por más de un millón de personas en estos 5 años de andadura.


A continuación, por su interés, se reproduce íntegramente el diario-resumen de su Viaje:
Carlos Olmo, A Coruña, Julio de 2005:

“El Viaje de la Vida

El diario que escribí este año sobre el río Mekong se llamó El Río de la Vida, y fue uno de los momentos cumbre de mi primer viaje por Asia como vagamundos, así que he decidido poner el nombre de El Viaje de la Vida al diario resumen del 2005.

Para la mayoría de la gente el viaje se asocia a las vacaciones, ese momento que supone un paréntesis en su vida cotidiana para desconectar y recuperarse del stress acumulado en 11 meses de trabajo.

Mi caso es el contrario, cuando estoy de vacaciones no suelo viajar, y el Viaje y la Vida están tan entremezclados en mi cotidianeidad que debería crear una nueva palabra para definirlos, algo así como “vidaje”.

En un lugar tan extraño como una estación de tren en un pequeño pueblo de Malasia, rodeado de una vegetación exuberante, mientras esperaba el llamado Tren de la Jungla, un cartel publicitario de Ferrocarriles de Malasia tenía una frase que me hizo reflexionar un buen rato.

Decía:

En el viaje de la vida, te llevará largo tiempo llegar a ser la persona que quieres ser.

A veces tendrás que seguir caminando aunque pienses que no puedes.

Nunca desesperes, la tenacidad te llevará al final.

Hago mía esta frase.


Se ha terminado el quinto viaje de vagamundos, un lustro con lustre y polvo del camino combinados, y como el refranero español es muy sabio y dice que “no hay quinto malo”, este viaje ha sido un descubrimiento en muchos sentidos.


Aunque conozco Asia desde hace muchos años, era mi primer viaje como Vagamundos, después de (in)completar Latinoámerica, que me tenía enganchado a su cordón umbilical como si fuera una madre que se negara a dejar marchar a su hijo pródigo.


Ha sido un viaje muy diferente, porque la barrera del idioma hacía difícil la comunicación con los locales, y porque Asia es el destino mochilero por excelencia, y no es fácil salir de las rutas trilladas.


Cuando lo haces, encuentras gentes sencillas, pueblos que no idolatran al turista ni al dios dólar, un clima que oscila entre húmedo y cálido o cálido y húmedo, una espiritualidad muy profunda y una gastronomía absolutamente deliciosa.

Esta etapa del Viaje de la Vida me ha llevado en 169 días de viaje por 7 países y 2 ex-colonias

(Hong Kong y Macao),

durmiendo en 85 camas diferentes; comenzó a principios de enero en

Shanghai, China,

donde las gélidas temperaturas me animaron a escapar rápidamente al Sur y regresar en junio; continuó por

Vietnam,

Camboya,

Laos,

Tailandia,

Malasia y

Singapur,

para volver a China y cerrar el círculo en el norte del país y su capital, Beijing.


En total fueron 52.000 km. recorridos, de los que

28.000 fueron en avión,

7.000 en tren,

12.000 en autobús,

2.000 en barco por el río Mekong,

3.000 andando, y algunos (pocos) remando y en bici.


He publicado 40 diarios de viaje con este y más de 3.500 fotos digitales, 35 fotos panorámicas, y 200 fotos submarinas de las islas Phi Phi (Tailandia), Perhentian yTioman (Malasia).


El concurso de fotografía Olympus ha sido un éxito, con casi 900 fotos de los 6 continentes enviadas por más de 300 viajeros, 9.000 visitas al albúm y cerca de 6.000 votos populares que decidieron los finalistas.


Los ganadores, como no podía ser menos, reflejan la multiculturalidad de los lectores de vagamundos, ya que son de varios países.


Me ha resultado imposible gastar el presupuesto mensual de 600€;

la fortaleza del euro frente al dólar incrementó un 30% mi pecunio, así que el viaje lo he cerrado con una media de 500€.

Países como China, Laos e incluso Tailandia, son una ganga si viajas como mochilero y escapas de las trampas para turistas.


Hay que mencionar la tendencia mundial a la proliferación de líneas aéreas de bajo coste, ya sea por Internet o como respuesta de las líneas aéreas de bandera frente a la dura competencia.

En Asia ya hay bastantes, y en la sección de Enlaces he añadido unas cuantas para ayudaros a planificar vuestros viajes por esa región del mundo.


Me he podido permitir lujos como bucear en Tailandia y Malasia,

dormir en hoteles con A/C en Vietnam, ya que era temporada baja y los precios que te pedían de 20 dólares bajaban rápidamente hasta 10 e incluso 5 cuando regateabas.


He comido y cenado siempre en mercados, chiringuitos o restaurantes locales, excepto el lujo asiático de mis mariscadas buffet en el hotel Westin de Shanghai con champagne Veuve Clicquot, por un precio inferior al que cuesta sólo el champagne en España.


He volado varias veces en China a precios módicos por ser temporada baja

(unos 50€ para vuelos de 2/3 horas),

de Chiang Mai a Phuket

en Tailandia con Air Asia,

y de Singapur a Macao con Tiger Airways.


El vuelo de ida a Shanghai y de vuelta desde Beijing a España fue con Finnair via Helsinky, que tiene la ventaja de volar por el gran Norte, lo que acorta los vuelos, menos de 8 horas entre Helsinki y Beijing.


El viaje más largo fueron las 22 horas de tren desde Guangzhou a Beijing, que se pasaron en un suspiro por la buena lectura y compañía que llevaba;

el más agradable los 10 tipos de barcos diferentes que tomé en el río Mekong en

Vietnam,

Camboya

y Laos,

y el más duro las 10 horas de carretera polvorienta en un bus destartalado entre

Luam Nam Tha

y Huay Xai,

frontera con Tailandia, que nos convirtió en auténticos “pieles rojas”.

He estado a +48° y -2°, a casi 3.000 metros de altitud en el trekking del salto del tigre en Yunnan, China y a -35 metros de profundidad en Tioman, Malasia;

he navegado intensivamente por uno de los grandes ríos del mundo, el Mekong, por la maravillosa

Halong Bay en Vietnam y he viajado en tren en China, Vietnam y Malasia, en el ya mencionado tren de la Jungla, y pateado 2 de los lugares más impresionantes del mundo, los templos de Angkor en Camboya y la Gran Muralla China.


He visitado 12 lugares Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, lo que eleva mi total a 160 lugares en 50 países, otros lugares candidatos a Patrimonio de la Humanidad como

Macao,

Hangzhou,

y sitios que me han dejado recuerdos imborrables y buenas amistades, como

Shanghai,

Dali,

Hong Kong,

Lijiang,

Beijing

y Qiatou

en China

, Hanoi,

Halong Bay

y Saigón en Vietnam,

Siam Rep en Camboya,

Luang Prabang en Laos,

Chiang Mai

e islas Phi Phi en Tailandia,

y Perhentiany Tioman en Malasia.


La lista de nuevos amigos es larga, e incluye a varios españoles que encontré (¡por fin!) en lugares no habituales para mochileros españoles, como China y Laos.


Con especial emoción regresé a mi destino preferido para bucear, las islas

Phi Phi en Tailandia,

arrasadas por el tsunami de diciembre de 2004, y comprobé lo que ya sabía, que ninguna ola asesina les podría arrebatar la sonrisa en los labios, a pesar de haberse llevado al 30% de la población y destruido la mitad de la isla.


La felicidad es un estado interior, y por tanto no depende de lo que tienes, sino de lo que eres, en frase de Van Dyke, y esto se puede aplicar perfectamente a los habitantes de Phi Phi, que han perdido todos sus bienes materiales, pero su riqueza espiritual ha crecido en proporción.


Esta es una de las cosas que he aprendido, más bien recordado, en este viaje

. Un día escribí:

“Si el dinero da la felicidad,

¿por qué las consultas de psiquiatras estánllenas de ricos?”

, y viendo a mi regreso los rostros taciturnos, frentes crispadas y ojos vacuos de la gente de la calle, no puedo dejar de compararlos con las miradaslimpias y francas, la sonrisa a flor de labios y la cordialidad que me acompañaron por toda Asia.


Julio está aquí y la pluma viajera del vagamundos descansará un tiempo, pero como ya sabéis que “ningún sueño es demasiado grande si las alas del corazón son libres”, voy a poner en marcha un nuevo proyecto en Internet, esta vez de “altos vuelos”, y del que muy pronto tendréis noticias.

Espero que os convirtáis también en lectores y me acompañéis en mi nuevo periplo.

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