domingo, 9 de marzo de 2008

JAISALMER






Travesti bailando
El desfile era una variopinta mezcla de soldados en camellos con sus uniformes de gala, desafiantes guerreros del desierto con sus mejores vestiduras y armamento, decenas de mujeres y niñas con jarrones de agua en sus cabezas desfilando cual top models manteniendo el equilibrio.
La nota ruidosa la ponían los travestis vestidos de mujer y cargados de abalorios, cuya danzas y aspavientos eran recibidos por todo el mundo con risotadas.

Soldados del desierto
En el estadio se agolpaban también carrozas ricamente ornamentadas, con una pareja de niños, ellos con un bigote estilo Dalí pero pintado, y ellas con precios saris y joyas, representando la leyenda de Mahindra y Moomal, una pareja al estilo de Romeo y Julieta, un amor imposible por la rivalidad de las familias.

El concurso de Mister bigote estaba restringido a los indios, que tienen adoración por este suplemento capilar, y los guerreros tienen más prestigio cuanto más largos y frondosos sean sus bigotes y barbas.

Turbante bien hecho
El de Mister turbante tenía 2 versiones, la de los locales, que competían a ver quien se colocaba más rápido y mejor la tela de 9 metros de largo, y la de los extranjeros, que se contentaban con colocarlo de manera que no se les cayera en los siguientes segundos.

Por la tarde, las fuerzas aéreas indias dieron una demostración de poderío con los cazas pasando a toda velocidad en vuelos casi rasantes, con piruetas, figuras sincronizadas y columnas de humo representando la bandera de la India.

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