sábado, 8 de marzo de 2008





Su objetivo era observar y predecir con maniática certeza en qué momento los astros hacían su aparición, y la panoplia de gigantescos instrumentos del Jantar Mantar cumplía perfectamente su función.

vista del palacio real
El Palacio Real o City Palace, como lo conoce todo el mundo, fue construido por Jai Singh a principios del S.XVIII.

Hay 2 entradas principales, Jaleb Chowk y Tripolia Gate.

Una parte del complejo es utilizado como vivienda por la familia real, y el resto se ha reconvertido en museo.

En uno de los patios se conservan las vasijas de cobre más grandes del mundo, y elegantes guardias pasean sus turbantes rojos por el recinto.
La elegancia la pierden cuando te piden dinero por hacerles una foto.

Niño jugando con una cometa en el palacio real
En India la entrada a los monumentos, excepto el Taj Majal, es barata, pero si llevas cámara de fotos o de vídeo, el precio total de la entrada se triplica, y si aún encima tienes que pagar por foto, el coste se dispara.

En una zona tienen expuestos antiguos carruajes reales y militares, hay otra donde se puede apreciar la reutilización decorativa de armas de combate, en una sala tienen ropajes, muebles y objetos pertenecientes a la familia real.

Una galería de arte muestra parte de su colección, acumulada en los años más gloriosos de los marajás, cuando recorrían Europa con sus harenes alquilando plantas completas de hoteles de lujo, al estilo de los jeques árabes hoy día.

También hay un Café Real, donde uno puede comer o refrescarse pensando como sería vivir como un marajá, aunque la cuenta te hace despertar bruscamente.

La puerta de los pavos reales
Al día siguiente había en Jaipur un festival de cometas, por lo que centenares de niños y no tan niños andaban practicando con sus rudimentarias cometas, hechas de bolsas de plástico, desde los tejados, incluso los del palacio real.

En India las cometas no son un plácido juego como parece a primera vista, ya que las cuerdas son de una fibra cortante, y el objetivo es romper la cuerda de la cometa del oponente, lo que celebran con grandes vítores.
Todo Jaipur está engalanado de cometas enganchadas a árboles, tejados, cables de la luz, etc.

A la salida del Palacio Real una marabunta de rickshaw y taxis me ofrecían llevarme al fuerte Amber por "módicos" precios que oscilaban entre 5 y 10 euros, pero yo me había informado previamente de que salían buses locales desde el Palacio de los Vientos que en media hora me dejaban en Amber por 10 céntimos de euro, 100 veces menos de lo que me pedían el taxista, eso sí, con aire acondicionado, algo que las temperaturas de enero no piden.


El fuerte Amber con el lago Maotha
Aún siendo impresionante el palacio real, mi lugar favorito en Jaipur es el fuerte Amber, a 11 km de Jaipur.

Fue construido por el marajá Man Singh en 1592.

Durante los siguientes 150 años el palacio fue modificado por las dinastías reinantes, hasta que el marajá Sawai Jai Singh II cambió la capital a Jaipur, y Amber cayó en el olvido y ostracismo.

No hay comentarios: