viernes, 7 de marzo de 2008

LA ZONA DE GATH TRANQUILA,MERCADO,LAS VACAS LAS DUEÑAS DE LA CIUDAD





Al poco de desembarcar paró de llover y el sol empezó a jugar con las nubes y el río como si fuera un pintor loco, cambiando la paleta de colores cual Van Gogh, y comprobé que la mejor manera de entender Varanasi es pasar unas horas sentado en sus gaths, intentando mimetizarme al máximo con el entorno.

Templo con los cimientos vencidos

Allá donde mires verás algo que te deje boquiabierto; puede ser un sadhu desnudo y cubierto simplemente con ceniza, una mujer limpiando los escalones mientras luce su sari como una princesa, el entrechocar de cientos de precarias barcas en el río, el mosaico multicolor de cientos de saris secándose al sol, la gente lavando ropa a golpes rítmicos, una persona meditando en posición de flor de loto durante horas, o un grupo de jóvenes chapoteando en el agua, totalmente ajenos a las bacterías fecales coliformes.

Me tomé un reconfortante té que vendía un señor de edad tan indefinida como la propia ciudad de Varanasi, cocido en una marmita que seguramente era de la misma época.

Después de saborearlo, comprobé que por ningún lado había una garrafa de agua mineral y que por tanto el agua podía venir del mismo Ganges, así que, tengo que reconocer que con un poco de inquietud, decidí ponerme en paz conmigo mismo y con el mundo por si acaso.

La zona de gath tranquilosYa fuera porque después de 5 meses en la India mi sistema inmunológico estaba adaptado, o porque realmente el té sí estaba hecho con agua mineral, el caso es que no hubo consecuencias nefastas por mi acto, y sí todo lo contrario, ya que me sentí purificado.

Hasta 84 ghat jalonan el río Ganges a su paso por Varanasi, pero la zona más visitada es la de Dasaswamedh o Godaulia, donde se concentran los barqueros, y el ghat Harishchandra, donde se hacen las cremaciones (totalmente prohibido fotografiarlas), pero recomiendo alejarse de los ghat más frecuentados y sentarse en algún discreto a ver la vida pasar tal y como lleva miles de años.
Panorámica de los gathDurante varias horas recorri río arriba y abajo los ghat, pensando en la inmutabilidad de algunas cosas.

Ahora que escribo este diario y estoy viendo las fotos de Varanasi hechas con una cámara digital de última generación y geoposicionadas en un mapa satelital, me reafermo en que la tecnología sólo cambia las formas y que la comunicación entre los seres humanos y las energías incognoscibles del mundo siempre se hará del mismo modo.

Ofrendas

En la zona del ghat Assi hay hoteles y restaurantes desde donde se disfruta de una vista extraordinaria sobre el río.

Estaba en una terraza y me pasó una cosa curiosa, ya que de repente un billete de 500 rupias (unos 8 €) apareció volando de la nada y se posó a mis pies.

Pensé si sería un mensaje divino, pero mi escepticismo es total sobre un uso tan espiritual de algo tan material. así que miré a mi alrededor y, como no vi a nadie buscando el billete, me lo guardé en el bolsillo.

Las vacas, dueñas de las callejuelasLa última tarde en Varanasi la pasé buscando la sede de Madre Teresa de Calcuta porque llevaba cosas que me habían traído de España para entregar, pero aunque parezca increíble, después de tomar 1 taxi, preguntar a varios policías, que me enviaron en un rickshaw, que a su vez se paró varias veces a preguntar, que en la última casa me invitaron a entrar a tomar un té y el dueño finalmente me llevó hasta............una escuela que no tenía nada que ver con la Madre Teresa, pero como el tiempo apremiaba y la hora de mi tren se acercaba, les dejé el paquete.

Aparte de leer los tradicionales diarios de viaje, en el 2007 puedes escucharlos en podcast y ver las fotos geolocalizadas en el mapamundi.

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